domingo, 30 de agosto de 2015

Juego de Tronos o Cómo Comunicar una Mala Noticia

En el primer tomo de esta saga fantástica (o en el primer episodio de su versión televisiva) tenemos al jefe de la familia Stark (Eddard) encabezando una partida para buscar a un desertor de la Guardia de la Noche. Un explorador que ha huido de su deber juramentado en la vigilancia del Muro en la frontera norte de los Siete Reinos.  

Cuando encuentran al fugitivo se topan con un individuo aterrorizado, enloquecido, totalmente fuera de sí. No para de hablar de un gran peligro que viene del Norte, de monstruos, fantasmas... pero nadie (empezando por el propio Eddard Stark) se cree nada y aplican lo que la ley dicta en caso deserción; la muerte. Y el desertor es ejecutado. Era tan horrible lo que este desertor afirmaba haber visto que incluso alguien tan sensato, firme y justo como el jefe de los Stark, no es capaz de creérselo y sencillamente continúan como si nada hubiese pasado. 

Según avanza el relato, vemos como poco a poco el desastre se cierne sobre los Siete Reinos (empezando por el propio Eddard Stark a quien decapitan sin compasión tiempo después).



Esto nos puede servir como símil; ¿cuántas veces hemos tenido que comunicar una mala noticia a nuestro  responsable o a nuestro equipo de trabajo?. Ser el mensajero de las malas noticias no es plato de buen gusto, pero que esas malas noticias signifiquen un contratiempo importante en un proyecto o sacar a la luz una falla del sistema, del plan de trabajo o peor aún; admitir que no se tiene una solución para un problema que debes resolver... ¿somos capaces de transmitir esas malas noticias? y más importante aún ¿somos capaces de oírlas, admitirlas, gestionarlas y enfrentarlas para solucionarlo?

Cuántos responsables han pronunciado esta frase; "no me cuentes los problemas de que tienes; dame soluciones". Es decir; no quiero escuchar malas noticias (que es lo mismo que decir no quiero saber las dificultades o problemas que haya en mi departamento), solo me interesa los buenos datos y los resultados conseguidos... y si no se consigue pues aplicamos la ley; decapitación laboral de alguien y seguimos como si nada (aunque el problema seguirá sin resolverse, claro).

A este respecto podemos hablar de una máxima largamente aplicada desde tiempos inmemorables; "frente a un problema; busca un culpable"

Siempre olvidando el "pequeño" detalle de que dicho problema seguirá sin solucionarse.



No hay comentarios:

Publicar un comentario